Luna Miguel, Caliente
«Y entonces me pregunto si el estado primario del corazón quizá sea esa grieta, esa cuchillada; y si el trabajo verdadero de la vida —y del placer, y de la escritura— consiste en inventar una masilla pegajosa, densa, con la que poco a poco volver a ensamblarlo»
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🌹📖 En la Odisea, de Homero (siglo VIII a. C.), el joven Telémaco, hijo de Ulises y Penélope, hace callar a su madre, una mujer inteligente y de mediana edad, cuando ella expresa su opinión en público. Durante siglos, el poder, el relato, ha estado en manos de los hombres. He analizado varias listas de recomendaciones literarias para Sant Jordi 2021 de grandes librerías y periódicos: el 61,7% de los libros recomendados los han escrito hombres y el 38,3% mujeres. Algunas listas son paritarias. Ninguna lista de las que he visto incluye más autoras que autores (o solo una, de novela romántica).
En ‘Caliente’, Luna Miguel, lectora lúcida y voraz, recoge y reivindica voces que han tratado el placer, el dolor, el deseo, las relaciones, el amor, la vida… y a partir de ellas formula preguntas y reflexiones que la ayudan a sanar sus heridas. El libro es un retrato íntimo de algunas experiencias vitales de la autora, narradas con su inconfundible voz poética, que aquí se funde con su faceta de ensayista y de novelista y también con las voces de decenas de autoras, amigas y desconocidas.
Al consultar las presentaciones de ‘Caliente’ y entrevistas a la autora me ha sorprendido que le pregunten si no le da pudor mostrar su intimidad: he leído muchas obras escritas por hombres que incluyen fragmentos íntimos y nunca he visto que al autor le pregunten si se avergüenza de ello. Yo misma escribí hace años un pequeño poemario y un chico me hizo sentir avergonzada por haber mostrado mi vulnerabilidad y mi deseo en mis poemas. Luna recoge una pregunta de Chris Kraus, “¿Por qué todos piensan que las mujeres se degradan a sí mismas cuando exponen las condiciones de su degradación?”, que para mí se ha convertido en escudo.
Cuando fui a comprar ‘Caliente’, la librera, no sé si lo vio en mi cara de ilusión, me preguntó si soy fan de Luna Miguel. Por supuesto: me hice adicta a su fotolog, sus versos despertaron mis propios versos, iba a escucharla recitar poemas y me estremecían sus palabras, pero también las ganas de ver de cerca sus tatuajes. Gracias a ella he descubierto a muchas otras escritoras que me han ensanchado el horizonte, que me han enseñado a tomarme en serio nuestra propia inteligencia. Luna pone voz a lo que muchas sentimos, su corazón roto también es nuestro corazón roto y su placer es también nuestro placer.
Aprovecho Sant Jordi, día del libro y del amor, para recomendar ‘Caliente’, un libro de libros y un libro de amor, sobre todo, de amor propio. 📖🌹